Algunos de los distintos perfiles de esos individuos:
El autoritario funcional: es aquel que es servil con su jefe o con su socio o con el que ostenta el poder, y con sus empleados y subalternos es el más feroz y recalcitrante déspota.
El autoritario institucional: igualmente es servil y autoritario, pero se desenvuelve en un ambiente que presupone político y maneja argumentos como: “Hoy sacrifícate por mí que mañana lo haré por ti”.
El autoritario amigo: es aquel que dice que todos son sus amigos, los saluda y los frecuenta, y cuando alguno de ellos le reclama cualquier falta, responde: ¿qué, no somos amigos? Confunde amistad con complicidad.
El autoritario militante: es un individuo que ha hecho “amigos” a la sombra del poder y que cree que es muy inteligente porque sus supuestas amistades lo reconocen en algún sitio público o le toman la llamada. Vive pidiendo favores y trepando económica y socialmente a costa de romper la ley y de sus “amigos”.
Muchos de los actores que hoy gobiernan son autoritarios porque fueron formados en las filas de partidos y organizaciones autoritarias.
El autoritario social: es el individuo que maltrata psicológica y socialmente a cualquier otro que no considere igual a él. Es aquel que siempre intenta romper la norma, porque en esa acción se encuentra su poder. También es aquel padre de familia que invariablemente aplaude las corruptelas escolares de sus hijos, felicitándose de tener vástagos tan listos como él. El autoritario social nunca reconoce el esfuerzo de los otros; desde su punto de vista, el esfuerzo y cumplir con la ley es cuestión de tontos.
El autoritario populista: es aquel que tiene aires mesiánicos, que se cree portador de la verdad, que no demuestra nada, que es un resentido social, acomplejado y tiene una visión simplista, maniquea y limitada de la realidad. Es de pocas luces y de poses dictatoriales.
En 2021 se llevará a cabo el proceso electoral más importante del México moderno. Se definirá si verdaderamente queremos una auténtica democracia y si buscamos un país donde la ley sea respetada por la ciudadanía y por los gobernantes.