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Conectividad: el gran reto de la industria tras la pandemia

Si bien la pandemia de la COVID-19 y la recesión económica impactaron de manera importante al sector en el segundo trimestre del año, debido a la paralisis social y la caída de la demanda, se espera que dicho sector retome el crecimiento al cierre del año.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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Nadie se imaginaba que el sector de telecomunicaciones, uno de los pilares de la economía y de mayor crecimiento, sería afectado de manera importante por la pandemia de la COVID-19, pero así fue. Los efectos recesivos en la economía nacional, por vía de la parálisis social y también por la caída en la demanda externa, igualmente provocada por el confinamiento que adoptaron casi todos los países, se trasladaron a esta industria, a través de una contención y desplazamiento del consumo de servicios, explicó Ernesto Piedras, director general de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), durante una reunión de los miembros del Instituo del Derecho de las Telecomunicaciones (IDT), a finales de agosto pasado.

| Los ingresos cayeron 10.7%

Y los datos son contundentes. Los ingresos por la provisión de servicios de telecomunicaciones cayeron 10.7% durante el segundo trimestre del año (abril-junio), respecto del mismo periodo de 2019.

Esa contracción, indicó Piedras en dicha reunión, es atribuible al principal segmento sectorial, el móvil, cuya contribución al total sectorial bajó 5.2 puntos porcentuales respecto del año previo.

“El mercado móvil fue impactado a la baja por el menor consumo de servicios y adquisición de equipos, derivado de las restricciones a la movilidad y cese en la apertura de puntos de recarga y venta, el traslado del uso de la conectividad a las redes fijas, así como al menor poder adquisitivo de los usuarios”, comentó el también miembro del IDET.

Pese a los malos números del segundo trimestre del año, Ernesto Piedras dijo que la prospectiva sobre la dinámica, para futuros periodos y para el cierre del año, es que el sector de la conectividad retome su senda de crecimiento característica, ante la creciente demanda y uso de estos servicios para la realización de actividades sociales, productivas, educativas, informativas, entre otras, de hogares, empresas, instituciones y gobierno mexicanos.

| Conectividad para todos

Ante los buenos pronósticos, el director general de The CIU consideró necesario cumplir con el mandato constitucional del derecho básico a la conectividad para todos los mexicanos.

“Ahora nos damos cuenta, generacionalmente, que no es la primera vez que la humanidad sufre una pandemia global; lo que sí es novedoso, lo que sí resulta ser la primera vez en la historia de la humanidad, es que la estamos viviendo en terminos de hiperconectividad. Ni siquiera con la influenza, hace 11 o 12 años, teníamos estos grados de penetración de dispositivos inteligentes móviles, estas capacidades de banda ancha fija y nuevos satélites, que, si bien han estado con nosotros desde hace seis décadas, tienen capacidades muy diferentes”, mencionó Piedras, en el foro virtual “Telecomunicaciones y economía digital: el futuro que llegó”.

Ciertamente, comentó el ejecutivo, aún no existe una vacuna para este coronavirus, pero la conectividad y las telecomunicaciones han sido una suerte de antidoto o de vacuna que nos ha permitido, en muy buena proporción, seguir trabajando, estudiando, apropiándonos de contenidos creativos, informándonos y entreteniéndonos.

Antes de la pandemia, 27% de los empleados ya trabajaba vía remota, y los días más fuertes del aislamiento se superó el 81%

| Pero, no todos están conectados

¿Qué pasa con la gente que no tiene estas capacidades de conectividad?, ¿cómo han transcurrido este periodo que nadie quiso, que nadie vio venir, pero que esta aquí y es una realidad?

Entonces, subrayó el director general de The CIU, parte de la tarea social, de la política gubernamental, de la academia y de la industria, es asegurarnos, no solo en México sino en todo el mundo, que tengamos estas capacidades de conectividad, porque hace una diferencia muy grande y ya existe el mandato en nuestra Constitución el derecho básico a la conectividad (Art. 2:VI). “Bienvenida la conectividad, pero hay que revisar que todos tengamos este beneficio”, insistió.

María Elena Estavillo, socia directora de la consultora Aequuom y ex comisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) coincidió con Piedras: “Aquí hay que hablar de brechas y esas son, digamos, uno de los grandes mensajes que tenemos en frente y que se ha hecho más patente, más urgente, en esta pandemia. La última gran revolución tecnológica, la del internet, nos ha permitido tener una capacidad de respuesta, de resistir, de evolucionar en esta crisis que vivimos, pero la estamos enfrentando con desigualdad, con un mundo conectado frente a otro desconectado y eso nos está planteando hoy que uno de nuestros retos es trabajar en el corto, mediano y largo plazo para incorporar a todos al mundo de internet”.

| La nueva era digital

Para Sergio Rosengaus, presidente y director de Kio Networks, lo que es un hecho, es que, en los próximos años, en la era pospandemia, seguiremos viendo el desarrollo de dichas capacidades en todas las áreas de la sociedad, desde la educación hasta las comunicaciones, la gestión gubernamental y el sector financiero, con un solo objetivo: llegar a toda la población. “Tenemos una deuda en algunas zonas del país, por lo que el área de oportunidad es enorme”.

Definitivamente, comentó Piedras, de The CIU, vamos a acabar siendo más digitales, pero tampoco vamos a vivir en los extremos. “Antes de la pandemia, 27% de los empleados ya trabajan vía remota, total o parcialmente, y los días más fuertes del asilamiento superó el 81%. Ahora se ha relajado, hemos recuperado un poco de movilidad social y la pregunta es en qué lugar nos vamos a quedar: sabemos que no vamos a regresar a ese 27%, pero es razonable pensar que en este empujón digital nos ubiquemos en un 40 o 45%”.

| Conectividad y medios de pago

Ernesto Piedras, explicó que coexistirá lo presencial con lo digital y para eso tenemos que estar preparados: por ejemplo, vimos una evolución importante en la distribución de comida, en los restaurantes, algunos de los cuales ya estaban diseñados para entregas a domicilio o las oficinas, pero la gran mayoria no, y en cuestión de días se montaron las plataformas de distribución. “Prácticamente todas nos dieron esa capacidad de consumo. Fue necesidad de supervivencia: modelos híbridos de negocio van a llevar a eso, a repasar la capacidad de conectividad, de logística”.

Los medios de pago, agregó, también son un tema muy importante porque somos una sociedad con una muy limitada penetración de medios crediticios. “Dicho en otras palabras: solo 21% de la población cuenta con una tarjeta de crédito. Entonces tienes que salir a comprar tarjetas de prepago, hacer depósitos en bancos y pierdes esa oportunidad del e-commerce, del comercio remoto. Por ello, los medios de pago van a jugar un papel muy importante en este sentido. Tenemos los medios de pago, tenemos la logística, la conectividad, hay que asegurarnos que todos ellos estén en su lugar, porque con un eslabón que nos falle en la cadena, se nos cae toda la cadena del comercio electrónico y de la e-economía”, sostuvo.

El gobierno debe ser gobierno, no empresario, porque aquí hay muchas empresas que tienen vasta experiencia en investigación y desarrollo.

| La unión hace la fuerza

De ahí, la importancia de que la iniciativa privada invierta de manera importante en el desarrollo de las capacidades digitales y que el gobierno haga su parte, que es sentar las bases de la operación del sector y promover la creación de órganos reguladores independientes que nivelen el terreno competitivo. Y, para ello, se requiere contar con una agenda nacional digital.

“México padece un déficit de capital de infraestructura. Tenemos fuertes necesidades de inversión. Creo que este es uno de los sectores en donde el papel del gobierno es muy importante, pero no necesariamente como un actor directo en la operación del sector. El gobierno en México históricamente ha intentado ser un actor directo en diferentes sectores, pero sus resultados han sido muy limitados. La empresa satelital, cuando estuvo en manos del gobierno, se fue a la quiebra dos veces; Correos de México no es el mejor ejemplo de logística; Telmex, cuando fue monopolio gubernamental, hasta mercado negro había de líneas”, explicó Piedras.

| No debemos perder el ritmo

El director general de The CIU dijo que, para lo que el gobierno está mostrando ser muy buen actor, es para sentar las bases de la operación del sector, para tener órganos reguladores independientes que nivelen el terreno competitivo.

“El gobierno se debe dedicar a ser gobierno, no empresario, porque aquí hay muchas empresas con vasta experiencia en investigación y desarrollo, que despliegan redes, que han mostrado saber hacer mejor ese trabajo; entonces, sí necesitamos un esfuerzo colectivo, en donde cada uno sepa que papel jugar. ¿Cómo se puede llamar este esfuerzo, que ha sido propuesto, que ha sido intentado desde hace 11 o 12 años? Agenda nacional digital o estrategia digital nacional”, subrayó.

Desde hace varias administraciones, detalló Piedras, un grupo de empresas, académicos y analistas han venido proponiendo ese instrumento transversal, en el que no habrá una mano rectora que diga quién haga qué, sino cada uno va a hacer su propio vaciado de tecnología, de recursos económicos, de experiencia, de capacidades de despliegue, para asegurar eso: que podamos llegar a todas las comunidades, a todos los estados, a todos los niveles socioeconómicos.

“Entonces sí hay papeles, insisto, para el gobierno, para el sector privado, pero no son los papeles tradicionales; aquí no opera ese paternalismo que por muchos años incubamos para otros sectores; aquí es articular, eslabonar y asegurar que sigamos ese ritmo de cambio tecnológico, que no nos deje atrás”, sostuvo. AN

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