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Reportaje

El papel de la banca para reactivar la economía

Servicios digitales, simples, justos, de menor costo, con mejores tasas y a la medida de cada cliente. Ese es el tipo de productos que el sistema financiero mexicano está obligado a ofrecer para reactivar los créditos y la economía.

Por: Ulises Navarro Swipe

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Gustavo Méndez

Socio líder de Servicio Financieros en Deloitte Spanish Latin America

| Caen las utilidades de la banca

La banca mexicana está sólida. Las prácticas internacionales y la regulación derivadas de la crisis de 2008 han ayudado a mejorar tanto la liquidez como la capitalización de los bancos, incluso con la pandemia. Sin embargo, en términos del negocio, el impacto de la COVID-19 ha sido considerable porque muchas instituciones aumentaron sus gastos operativos, tuvieron que migrar rápidamente al trabajo remoto y la banca digital y cerraron sucursales. La baja en las tasas de interés también afectó el margen financiero y los ingresos de los bancos, y ante el aumento de la cartera vencida, las instituciones tuvieron que crear más reservas preventivas. Las utilidades netas del sistema financiero mexicano cayeron 29% en el cuarto trimestre de 2020. Gustavo Méndez, socio líder de Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latin America, dice que 30 de los 50 bancos que operan en el país tienen una rentabilidad por debajo del 6% de su capital, mientras que los grandes bancos siguen teniendo rendimientos superiores al 13%, gracias a su capacidad digital, sus economías de escala y eficiencia. Aquí un extracto de la entrevista que Alto Nivel sostuvo con el experto de Deloitte sobre los retos que enfrenta la banca en México a raíz de la pandemia.

AN | Gustavo, ¿cómo ha sido la actuación de la banca frente a la pandemia?

Básicamente distingo dos momentos. Al inicio de la pandemia, cuando la mayoría de los grandes corporativos y empresas tomaron sus líneas de crédito porque pensaron que podrían tener problemas de liquidez, los bancos pudieron honrar sus compromisos de las líneas de crédito que tenían comprometidas, gracias a su capitalización y solvencia. Pasados marzo y abril, el pico de créditos comenzó a desinflarse. La disminución de la movilidad y el consumo provocaron una menor demanda de créditos, tanto por parte de las empresas como de las personas. Este año, la gran incógnita será el comportamiento de los bancos. ¿Cómo actuarán cuando evalúen el crédito de empresas cuyo balance o estado de resultados se deterioró con la pandemia, porque tuvieron menos ventas y más gastos? Sin duda, los bancos tendrán que analizar a las empresas de manera distinta a como lo han hecho tradicionalmente. Aunque ahora no hay mucha demanda de crédito, si este se mantiene cerrado por mucho tiempo, debido a la falta de apetito de riesgo, la economía tardará más en recuperarse. Otra incógnita será el crédito a las personas. Todos hemos cambiado la forma de movernos, consumir y cuidar nuestra salud, y estamos gastando menos. Por tanto, en los balances de los bancos se registra un mayor ahorro. Los depósitos están creciendo muy bien; incluso más rápido que hace unos años, porque la gente está ahorrando y preparándose para lo que pueda venir.

30 de los 50 bancos que operan en el país tienen una rentabilidad por debajo del 6% de su capital.

AN | Gustavo, ¿la situación es aún muy complicada?

Cierto, y es un reto muy grande que puede afectar el apetito de riesgo. Si analizamos los estados financieros de 2020, los bancos tuvieron muchas reservas, pero aún no han cerrado las negociaciones con sus clientes emproblemados. Apenas comenzarán a hacerlo este año. Las reservas que se crearon el año pasado se aplicarán en quitas [bancarias] para los clientes que no puedan pagar, sobre todo en el área de consumo. Pero aún hay incertidumbre sobre si esas reservas serán suficientes. Esa incertidumbre influirá en el apetito de riesgo. Cuando ocurrió la crisis de 2008-2009, los portafolios comerciales y de consumo tardaron dos años en crecer; tuvieron dos años consecutivos en caída libre. Creo que con estas crisis ocurrirá lo mismo, pero probablemente el crédito empresarial reaccionará más rápido, aunque todavía no hay señales de ello. Ese es el gran reto entre la sociedad y la banca: qué tendrán que hacer los bancos para apoyar el crecimiento del crédito. Sin embargo, mientras no haya demanda de créditos, será complicado. Un segundo reto para la economía y para todas las industrias es la incertidumbre generada por la velocidad de la vacunación. Ya comenzó la vacunación masiva, pero estamos en el momento de infections go faster than injections, como dicen los estadounidenses. Mientras no se vacune a la gente a gran velocidad, todavía habrá incertidumbre de un rebrote en los siguientes meses.

AN | ¿Cuál es tu perspectiva sobre la morosidad?

Creo que la morosidad va a estar muy acotada a las personas físicas: aquellas personas que tenían un crédito y no pudieron restablecer sus ingresos. Ese va a ser un nicho de preocupación, sobre todo si se da otro rebrote y se pierden más empleos. En el caso de las grandes empresas, los bancos actúan mejor cuando conocen a sus clientes. Las reestructuras de los créditos empresariales se hicieron con base en los flujos futuros que podrían tener las compañías. Los bancos que hicieron reestructuraciones centradas en el cliente obtendrán buenos resultados, porque recuperarán su dinero cuando la empresa reciba sus flujos de efectivo. Los bancos que fueron más agresivos y “apretaron” más a sus clientes con tiempos cortos para pagar sus créditos tendrán problemas si las empresas no reciben flujo de efectivo en ese momento. Creo que aquí la clave es el conocimiento del cliente, pero no solo desde el punto de vista del negocio, sino del momento en que recibe sus flujos. Los bancos que hayan seguido esta estrategia al final tendrán un balance más sano.

AN | ¿Crees que comenzarán a darse fusiones o adquisiciones en la banca?

Podría ocurrir en bancos que no han encontrado su vocación crítica y que no han sido eficientes ni rentables. Esos bancos podrían ser objetivos de adquisición de algún banco más grande. Incluso podrían fusionarse bancos pequeños. En las grandes instituciones financieras difícilmente ocurrirá una fusión, pero si no invierten en innovación ni están bien preparados para el mundo digital, podrían perder clientes. No olvidemos que hay muchos bancos nuevos que han venido a formar parte del ecosistema. Algunos están tratando de entrar al mercado de las fintech, y otros están buscando adquirir una licencia. Todos estos bancos nuevos son muy tecnológicos, y desde hace cuatro años han tomado buena parte del mercado de pagos. Ahora están buscando el mercado de los créditos y de los depósitos, pero vienen con mucha fuerza.

AN | ¿Cuál debe ser el rol de la banca para reactivar la economía?

Ya se empieza a hablar del capitalismo 2.0, más participativo, igualitario y humano, en el que todas las organizaciones, incluidos los bancos, entregan beneficios a los accionistas, los empleados, los clientes y el medio ambiente. Esto hará que las instituciones se muevan hacia la banca sostenible; es decir, que no otorguen créditos a empresas que destruyan el medio ambiente, por ejemplo. Creo que el rol de la banca será mantener a todos sus stakeholders satisfechos, y ese será un gran reto. ¿Cómo hará que su negocio sea un ganar-ganar para todos? Los bancos desean clientes que estén toda la vida con ellos; que utilicen todos sus productos. Muchas veces los negocios se diseñan pensando en la rentabilidad y el crecimiento, pero no en mantener clientes a largo plazo. Los bancos tendrán que centrarse en el cliente y entender los momentos en los que necesitará de sus servicios. Y, además, esos servicios tendrán que ser justos, simples, digitales, de menor costo. Parte de los costos de la banca provienen de una gran infraestructura física, que ya no es tan necesaria en estos tiempos. Los servicios y plataformas digitales pueden disminuir estos costos, para entregar beneficios y mejores tasas a los clientes.

AN | Por último, Gustavo, ¿Crees que las criptomonedas pronto estarán ligadas a los bancos tradicionales?

Creo que para que todo el mundo utilice criptomonedas se tendría que aceptar que tienen un valor, y para eso falta mucho tiempo. Es un mundo posible, sí; pero tiene muchos retos, como el lavado de dinero. La criptomoneda es un activo que no permite rastrear fácilmente la identidad de quién la posee ni de la forma como mueve su dinero. Puedes conocer hacia dónde se dirigen las transacciones, pero no quién es el dueño. Es un tema importante para los bancos: cómo tratar con estos activos, de los que no puedes identificar su origen o su dueño. La gente acepta los billetes y las monedas porque sabemos que un banco central los respalda, pero eso no ocurre con las criptomonedas, aunque hay noticias de que los bancos centrales van a lanzar sus propias criptomonedas. Si esto sucede pronto, las criptomonedas podrían tener el sello del banco central y eso daría seguridad para usarlas. Creo que las criptomonedas podrían quitar mucha fricción en la economía. Los gastos de imprimir y trasladar dinero son enormes, pero creo que aún pasará mucho tiempo para que las criptomonedas lleguen a los bancos. AN

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