| Lluvia de amparos
Si el gobierno pensaba que los privados aceptarían estos cambios sin presentar ninguna resistencia, estaba muy equivocado. Hasta el cierre de esta edición, 72 empresas y organizaciones civiles, sobre todo ambientalistas, se habían amparado en contra de la Política de Confiabilidad.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) acusó que dicho instrumento es una violación flagrante al marco constitucional y legal mexicano, ya que la Sener usurpa facultades para incidir ilegítimamente en las reglas del sector y en las condiciones de competencia.
“Dicho acuerdo se publicó sin respetar procesos legales y normativos. Esto representa un ataque frontal a la certeza jurídica de las inversiones en México, causando graves consecuencias para el país como la pérdida de empleos, de confianza de inversionistas y afectaciones para los proyectos eléctricos de todas tecnologías en al menos 18 estados de la República, los cuales representan inversiones por más de 30,000 millones de dólares (mdd)”, sostuvo el organismo empresarial.
Por su parte, la Concamin indicó que este nuevo intento de consolidar a la CFE como monopolio absoluto en materia eléctrica impactará negativamente en las tarifas que pagan los consumidores. “También los proyectos de Centrales Eléctricas que la Sener considere estratégicos –entiéndase los de la CFE– tendrán preferencia en la interconexión a la red frente a los proyectos privados, generando una fuerte incertidumbre entre los inversores y privando a los consumidores de alternativas más competitivas en precio y calidad”.
Julio Valle Pereña, vocero de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), dijo que la incertidumbre generada con estos cambios es muy grave, pues se ha dejado de ver a México como un mercado atractivo para invertir en proyectos eólicos y solares, al menos en el corto plazo. “Si bien todavía hay proyectos en construcción este año y para 2021, también hay un plan definido de proyectos. Hace muchos meses ninguna empresa ha tomado nuevas decisiones de inversión. No quieren correr un riesgo innecesario; prefieren llevar el dinero a otro lado para que genere valor”.
Y para muestra un botón. Tras los ataques del presidente López Obrador, Iberdrola habría cancelado la construcción de una planta de energía eléctrica de ciclo combinado en Tuxpan, Veracruz, en la que invertiría 1,200 mdd; noticia que confirmó el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, en su cuenta de Twitter, el pasado 24 de junio, en donde informó que Rocío Nahle, secretaría de Energía, le había confirmado que el proyecto se mantenía, pero que ahora era de la CFE y que la paraestatal licitaría su construcción a privados.
Pero esta telenovela está lejos de terminar, pues el pasado 29 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió todos los efectos y consecuencias de la nueva política energética. “Con esta decisión, la SCJN devuelve la confianza a las inversiones de la iniciativa privada, especialmente al sector de energías renovables, y acota las intenciones del gobierno de regresar al monopolio a la CFE”, sostuvo la Coparmex.
Un día después vendría la respuesta del gobierno. En su conferencia matutina, el presidente dijo que hablarían con las empresas que se ampararon; pero al mismo tiempo dio instrucciones para elaborar las denuncias correspondientes en contra de los funcionarios y las empresas que defraudaron a la CFE.