| Salir de la zona de confort
Pese a lo complicado que fue el 2020 para la industria, los productores nacionales, el presidente del CMV estima que esté año la venta de vino mexicano podría crecer 20%, recuperándose así de la caída del año pasado; y hacia delante, el futuro se presenta muy promisorio, pues la oferta es limitada y la demanda sigue creciendo, es exponencial. Y aquí, asegura, es donde se pone interesante, pues la demanda es tanta, que, si el vino mexicano quiere absorber esa demanda, si se quiere crecer como hasta 2019, a doble dígito, y mantener al menos el 34% del volumen de ventas total de vino en México, se necesita duplicar el número de hectáreas de viñedos los próximos 10 años, es decir, sembrar 6,000 hectáreas más, para lacanzar los 12,000 que se requieren. Pero, agrega, si en algún momento aspiramos a que esa participación de mercado crezca del 34% al 50%, se tendría que aspirar a plantar cerca de 19,000 hectáreas, y se necesitarían plantar hoy. “Entonces, es como tenemos que empezar a verlo hoy, ese es el potencial que tiene el país, porque el consumidor lo está haciendo, venimos de un per cápita de hace 20 años de 180 mililitros, y hoy en día estamos en 1.2 litros, lo cual es impresionante, tenemos el consumidor y podemos aspirar hasta 3 litros, como es el caso de Brasil, que tiene una clase media similar a la de México, niveles de pobreza y riqueza similares, y una historia de vinos similar, no tenian producción nacional, no era una cultura muy conocida y hoy en día están cerca de los 3 litros de consumo per cápita”. Entonces, indica, no se está diciendo nada descabellado, si es una posibilidad aspirar a esos niveles y las apuestas que tendríamos que hacer deben hacerse ya, desde ahora, en el campo.