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Opinión

Innovación empresarial: vacuna ante la crisis

Por: Sylvia Hernández Swipe

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No hay duda de que desde hace algunos años el sector empresarial ha tenido una inminente necesidad de reinvención, derivada de los impactos que, por un lado, ha generado la imparable dinámica de la revolución digital y, por otro, la cada vez más vinculante globalización. Por si fuera poco, la multigeneracionalidad social conlleva a entender múltiples y diferenciados comportamientos entre baby boomers, generación X, millennials y ahora la cada vez más empoderada generación Z.

Parecía retador desde entonces, y la exigencia de innovación como motor de la transformación ya era apremiante. Pero ¿qué está pasando con la innovación empresarial ante una pandemia que ha impactado fuertemente nuestros estilos de vida personales y profesionales, generando una de las peores crisis económicas y sociales de los últimos 100 años?

Ante una crisis de dimensiones mayúsculas, un consumidor empoderado y una tendencia clara hacia la comoditización, las capacidades de innovación serán la diferencia entre quienes logren ganar o perder la batalla. Sin embargo, de acuerdo con un estudio reciente de McKinsey & Company, efectuado en 200 empresas multisectoriales, el 90% de los ejecutivos está consciente de que las consecuencias de la COVID-19 cambiarán fundamentalmente la forma de hacer negocios con un impacto de fondo.

Lo preocupante es que, aunque tres cuartas partes espera encontrar oportunidades, menos del 30% se siente seguro de estar preparado para abordar los cambios que ven venir.

¡Qué mejor ejemplo de reinvención que el surgimiento de la economía colaborativa derivada de la crisis de 2009, que a través de innovación y disrupción trajo como resultado modelos de negocio que hoy son parte de nuestras vidas, como Uber, Airbnb o los coworkings!

| Frenar la innovación: virus que impedirá recuperar la viabilidad del negocio

Pese a que la innovación es el motor que podría detonar la reinvención para lograr la transformación hacia modelos de negocio generadores de valor rumbo al futuro, basados en propuestas de valor diferenciadas, la baja en presupuestos se está convirtiendo en un virus letal para la sobrevivencia de muchos sectores y negocios.

La razón es clara: las empresas se están enfocando principalmente en mantener la continuidad del negocio, lo que conlleva a una reducción de costos y al impulso de la productividad. Y si bien hay un pensamiento innovador para lograrlo, este es de corto plazo y las inversiones en innovación para la inaplazable reinvención de fondo están yendo a la baja.

El estudio de McKinsey también refleja que únicamente la industria farmacéutica y la de suministros médicos han considerado la innovación como una prioridad durante la crisis, lo cual suena lógico ante una crisis sanitaria. La industria que menos ha valorado la innovación como prioridad es el retail, lo que hace entendible que sea uno de los sectores en el cual un gran número de jugadores está bajo presión para lograr sobrevivir.

Muchas marcas han frenado su innovación, como Sony, que hasta el día de hoy sigue sin recuperar su posición y liderazgo de marca. Otras, como Samsung, capitalizaron la crisis innovando y siendo disruptivos.

| La innovación debe ser de fondo y no de forma

Aunque con frecuencia escuchamos la palabra “innovación”, algunas marcas de productos y servicios la ven auténticamente como el motor de la reinvención, pero la mayoría la utiliza únicamente en el discurso y como posicionamiento publicitario, para no verse anticuados y tratar de ser atractivos ante las nuevas audiencias. No hacerlo en la acción resulta contraproducente, ya que a los usuarios y consumidores no se les puede engañar por mucho tiempo y serán sus detractores más feroces.

Es un hecho que ser innovador genera valor relevante en la reputación de una marca, siempre y cuando la innovación sea desarrollada e implementada en la gestión de fondo del negocio. Hacerlo de forma, a través de imagen, nunca contribuirá a la verdadera reinvención.

¡Qué mejor ejemplo de reinvención que el surgimiento de la economía colaborativa derivada de la crisis de 2009, que a través de innovación y disrupción trajo como resultado modelos de negocio que hoy son parte de nuestras vidas, como Uber, Airbnb o los coworkings! Por otro lado, muchas marcas han frenado su innovación, como Sony, que hasta el día de hoy sigue sin recuperar su posición y liderazgo de marca. Otras, como Samsung, capitalizaron la crisis innovando y siendo disruptivos.

Específicamente, en el mercado de smartphones, Samsung entendió la oportunidad de consolidar una propuesta de valor funcional y de alto desempeño, pero más accesible que el precursor iPhone. Hoy, la marca coreana es uno de los jugadores que lidera la categoría y con un sólido posicionamiento.

No hay duda de que los que innovan ante la crisis tendrán una recuperación más rápida y un mejor desempeño en el mediano y largo plazos. Así lo demuestra un análisis de las 50 empresas más innovadoras, durante la crisis de 2009, según la revista Fast Company. Aquellas que incrementaron sus recursos en innovación lograron también un mejor desempeño en la poscrisis, que fue 30% superior, e incentivaron un mayor crecimiento para los siguientes años.

Aunque desde siempre las crisis han mostrado oportunidades para innovar, ante el contexto de la crisis actual la innovación no es necesariamente una oportunidad, sino la vacuna que necesitan los negocios para sobrevivir al futuro. AN

Sylvia Hernández

@SylviaHB02

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