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Las horas pasan saltando

Con motivo de la celebración del 25 aniversario de su creación, Chopard presenta su primer reloj de horas saltantes: el L.U.C Quattro Spirit 25.

Por: Alto Nivel Swipe

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| Limitado a solo 100 piezas

Alojado dentro de una caja de 40 milímetros, de líneas estilizadas y tallada en oro rosa de 18 quilates, el movimiento innovador y ultrasofisticado L.U.C 98.06-L está equipado con cuatro barriletes, según la tecnología Chopard Quattro, que garantiza hasta ocho días de reserva de marcha. Esto lo convierte en uno de los pocos relojes de horas saltantes provistos de autonomía similar. Las horas saltantes es un mecanismo en el que las horas se muestran a través de una ventana en la esfera, mientras que los minutos son indicados mediante una aguja. El cambio de hora se efectúa bruscamente, por un salto. Desde el movimiento hasta la esfera blanca de esmalte gran fuego, sobre la que se encuentra la ventana de las horas situada a las seis. Esta creación relojera, editada en una serie limitada de 100 piezas, está realizada internamente por los artesanos de la Manufacture, lo que garantiza un alto nivel de acabados, reconocido por el prestigioso Punzón de Ginebra, el sello que simboliza autenticidad y avala el más alto nivel de manufactura.


Esta creación, editada en una serie limitada de 100 piezas, está realizada internamente por los artesanos de la Manufacture y reconocida por el prestigioso Punzón de Ginebra.


| Autonomía hasta por 216 horas

El movimiento L.U.C 98.06-L que equipa este guardatiempo presenta una gran eficiencia de reserva de marcha. Gracias a los cuatro barriletes superpuestos y acoplados en serie de la tecnología patentada Chopard Quattro –que habitualmente concede hasta 216 horas de autonomía–, este nuevo reloj conserva 190 horas de reserva, a pesar de la cantidad de energía que consume la rotación del disco de las horas. Visible a través de un fondo transparente, el movimiento mecánico de carga manual presenta una gran complejidad que garantiza fiabilidad y precisión con un grosor de únicamente 4.85 milímetros. El extremo de su espiral está provisto de una curva terminal, que controla con toda exactitud las oscilaciones del órgano regulador: una proeza de la que solo son capaces algunas manufacturas. El movimiento también incorpora un cuello de cisne, para un ajuste más delicado.


En sus talleres suizos de Ginebra y Fleurier, Chopard domina todo el proceso de producción de cada una de las creaciones de la colección L.U.C.


| Oficio artístico hecho a precisión

El reloj L.U.C Quattro Spirit 25 da la hora sobre una esfera blanca de gran pureza, realizada en la Manufacture por su propio artesano esmaltador. Ejecutada sobre una base de oro rosa de 18 quilates, la esfera se realizó en esmalte a muy alta temperatura (820 grados °C). El procedimiento es el siguiente: se cuece varias veces y después se pule ligeramente para conferirle un aspecto abombado que le proporciona una luminosidad extraordinaria. Por último, con esmalte negro y siguiendo la misma técnica, el artesano reproduce el logo, la vía férrea y los números árabes que indican los minutos. La ventana de la hora se sitúa en un hueco colocado a las seis para que la aguja de los minutos no obstruya el espectáculo del cambio de hora que se lleva a cabo de forma instantánea. El marco de la ventana es de oro rosa para destacar la sobriedad de los números árabes negros sobre fondo blanco que informan de la hora. El trabajo de alta relojería le ha llevado a este nuevo reloj de Chopard al reconocimiento del Punzón de Ginebra. Esta certificación se concede exclusivamente a algunas creaciones relojeras cuya belleza sirve de marco a un mecanismo de funcionamiento irreprochable. Garantiza no solo la calidad, precisión y fiabilidad del movimiento, sino que también cuida de que el ensamblaje se haya llevado a cabo en el cantón de Ginebra, cuna histórica de la alta relojería.


| Entre herencia y tradición

Desde 1996, Chopard Manufacture ha hecho revivir los saber hacer relojeros y traduce el concepto visionario de Karl-Friedrich Scheufele, comprometido con la innovación y la defensa de la tradición de generaciones de relojeros: los auténticos artesanos de las emociones relojeras, transmitidas desde Louis-Ulysse Chopard, el fundador de la casa en 1860. Desde el concepto del movimiento hasta los ajustes y el control de calidad, pasando por el diseño del producto acabado, la fundición del oro, el estampado y fabricación de las cajas y los componentes de los movimientos, el grabado y la decoración tradicional a mano, el esmalte gran fuego, el tratamiento de las superficies, el pulido y el ensamblado, Chopard domina en sus talleres suizos de Ginebra y Fleurier todo el proceso de producción de cada una de las creaciones de la colección L.U.C. La nueva obra maestra de la firma vale mucho la pena, sobre todo cuando su limitada producción les confiere un valor adicional a los grandes coleccionistas. AN

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