| Profundidad del daño es incierta
Al igual que otros países, indica S&P en su análisis sobre el sector, el banco central y el regulador bancario en México han tomado medidas para amortiguar el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia. El banco central, además de haber reducido su tasa de interés de referencia en 300 puntos base desde principios de este año (actualmente en 4.25%), se ha enfocado en brindar liquidez al sistema financiero.
Además, menciona, el regulador bancario aprobó un programa de diferimiento de pagos de deuda que permitía a los deudores que afrontaban dificultades financieras, generadas por la pandemia, aplazar los pagos de sus préstamos (hasta cuatro meses con posibilidad de extenderlo por dos meses más, siempre y cuando no estuvieran vencidos a finales de febrero de 2020).
De igual forma, añade, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) relajó los requerimientos de reservas para dichos créditos, otorgó excepciones temporales a los requerimientos de liquidez y permitió a los bancos utilizar sus reservas de capital regulatorio para seguir incrementando sus carteras de crédito sin dañar su capitalización regulatoria mínima.
Dicho programa de diferimiento de deuda, principalmente para los créditos al consumo (incluidas las hipotecas) y préstamos a pymes, finalizó el 31 de julio.
S&P estima que los créditos que calificaban para este programa representaron alrededor de 20% del total de la cartera a la misma fecha. “Este índice es similar al de Brasil y de Chile, pero significativamente más bajo que en Panamá y Colombia”.
La calificadora internacional reconoce que no se sabe cuántos créditos bajo este programa podrían caer en morosidad, aunque el sistema bancario, de acuerdo con sus estimaciones, podría registrar pérdidas en 2020, si un 20% de los préstamos diferidos cayeran en cartera vencida, lo que requriría un aumento de las provisiones.
Sin embargo, en su opinión, la posibilidad de que los bancos registren una pérdida neta es baja, dado que entre 65 y 70% de los préstamos del programa de apoyo son créditos al consumo, hipotecas y préstamos a pymes (en promedio, con un diferimiento de cuatro meses) y se han reanudado los pagos de aproximadamente 85% de estos créditos.