Revista Pueblos Mágicos
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Infraestructura y seguridad: medicamentos para la reactivación

Con toda seguridad, la palabra que más escuchamos y leímos el año pasado fue “COVID”. Este 2021, esa palabra seguirá entre nosotros con la misma intensidad, por lo menos durante los primeros tres trimestres del año, solo que ahora será antecedida por la palabra “vacuna”, sin importar el país o el laboratorio que la respalde.

Los millones de contagios y muertes alrededor del mundo demuestran que, con salud, todo y sin salud, nada. Propios y extraños vemos que las vacunas contra la COVID-19 circulan como uno de los bienes más deseados, al precio que sea; siempre y cuando su efectividad esté garantizada y sus repercusiones no resulten más caras que las mismas ampolletas.

Pero estas vacunas no son las únicas que hoy requieren los países. Hay otras indispensables para sacar adelante las economías y recuperar los empleos con los que arrasó la epidemia de COVID. Obviamente, nuestra preocupación debe centrase en México y en los mexicanos. Por los demás países, otros gobernantes y empresarios deberán preocuparse. Nuestra prioridad está en casa y no en la del vecino.

Hay mucho en qué trabajar y más de qué protegernos. Sin embargo, y tratando de darle cierta prioridad a los desafíos, existen dos que juegan un rol preponderante: la inversión en proyectos de infraestructura y la lucha contra la inseguridad que priva en el país. Como atinadamente señala Eduardo de la Peña, socio líder de Infraestructura en Deloitte México, la infraestructura genera bienestar para los más vulnerables y es un elemento fundamental para la recuperación económica del país.

Sus palabras no pueden ser más acertadas si evaluamos las afectaciones que provocó la falta de mantenimiento a las instalaciones del metro de la Ciudad de México y que dejó a los que menos tienen sin el transporte más eficiente disponible.

En cuanto a la generación de recursos y empleos, son los proyectos de infraestructura los que mayor derrama económica generan en las empresas y, por ende, demandan una gran contratación de personal.

Durante los últimos años –y 2021 no será la excepción–, los montos destinados a infraestructura han sido muy limitados para las necesidades y requerimientos del país. En el mejor de los casos, la inversión ha alcanzado el 3% del PIB, cuando lo ideal sería 6%.

Mi percepción personal es igual al sentir de otros importantes protagonistas, quienes forman parte de un extenso reportaje sobre infraestructura, que incluimos en páginas interiores. Más allá de los aspectos cualitativos, las cifras lo dicen todo: de acuerdo con el ranking del Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 54 en materia de infraestructura.

Otro artículo que, a juicio de los editores, merece tu lectoría es el que tiene que ver con la seguridad, no tan solo a nivel global, sino hacia el interior de las organizaciones. Entrevistamos a Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, quien cuenta con más de 37 años de experiencia en seguridad privada y ha escrito varios libros sobre el tema.

Entre algunas de sus recomendaciones, Desfassiaux señala que, en tiempos de crisis, las empresas deben analizar dónde están sus pérdidas y fugas de producto terminado o de materia prima, y verificar sus protocolos de seguridad hacia sus directivos, empleados y procesos.

Por el momento, las vacunas contra la COVID-19 no están en nuestras manos (y menos en el brazo, donde quisiéramos), pero en otros ámbitos sí depende de nosotros vacunarnos a tiempo. AN

Ulises Navarro Director editorial