¿Y los seres humanos?
Hoy más que nunca me ha quedado claro aquella famosa frase de “El show debe continuar”. Para muchos han quedado atrás los millones de muertos y las personas contagiadas que, a nivel mundial, sufrieron en carne propia la maldita COVID -19. Mientras que algunos países han comenzado su recuperación económica mediante la apertura total de sus actividades productivas y laborales, como consecuencia de la reducción de contagios, en otras naciones, como India o Brasil, parece que el drama no tiene fin.
Hace unos días tuve la necesidad de viajar a Estados Unidos. (De hecho, escribo estas líneas en la habitación del hotel. Gracias a la nueva normalidad, los lugares de trabajo pueden estar en plena Ciudad de México o en Australia, si fuera el caso). En esta parte del mundo, donde se está dando un nivel de inmunización exageradamente rápido, las vacunas han dado pie a la recuperación económica.
En contraparte, están los tristísimos acontecimientos que ocurren del otro lado del mundo, en India. Ahí, ante la saturación de crematorios, los muertos por la pandemia son incinerados masivamente en piras funerarias en plena calle. Imágenes tristísimas, lamentables, inverosímiles… ¿En qué momento perdimos el amor por el prójimo, la preocupación por el de enfrente, el apoyo incondicional? Creo haber encontrado la respuesta: nunca han existido.
La humanidad está viviendo las consecuencias de un gran egoísmo: enfermedades, calentamiento global, pérdida de valores…, pero ─como decía al inicio de este texto─ el show debe continuar. Cuando me registré en el hotel de inmediato me di cuenta de que las personas que amablemente atendían a los huéspedes detrás de un mostrador habían sido sustituidas por máquinas: desagradables aparatos que escanean tu pasaporte, leen tu tarjeta de crédito, realizan el cargo del importe de la estancia y de otros consumos, te entregan tus llaves activadas y… ¡Ah, chin….! Si tienes dudas, la tecnología falla o tu incompetencia sale a relucir, tienes que deambular como mendigo buscando quien te ayude.
Este fenómeno no es nuevo, pero la pandemia intensificó la tendencia a lograr que los seres humanos desaparezcan de una gran cantidad de actividades productivas. Si hablamos de la banca, por ejemplo, ya casi todo es digital, como podrás ver en el reportaje que encontrarás en esta edición. Sin embargo, como señala Gustavo Méndez, socio líder en Servicios Financieros en Deloitte Spanish Latinoamérica, los bancos realmente digitales son aquellos que te permiten abrir una cuenta u obtener un crédito de manera remota, sin tener que poner un pie en una sucursal. Y Gustavo va más allá: si una institución bancaria no genera mayores ventas o depósitos, podrá ser concebida como tecnológica, mas no digitalizada.
Las instituciones realmente digitales son aquellas que han acrecentado su inventario porque adicionaron nuevas cuentas y créditos. Esto no es muy notorio a corto plazo, pero a largo plazo tendrán una gran diferencia respecto de los bancos que han perdido clientes y que han visto erosionado su portafolio.
Sobre este mismo tenor de la disrupción, te presentamos una entrevista con José Román, presidente y director general de Nissan Mexicana. José nos explica cómo la industria automotriz, que a nivel mundial comercializa 100 millones de unidades al año, retoma fuerza con los viajes compartidos, la movilidad eléctrica, la conducción inteligente o autónoma y las plantas cada día más automatizadas.
Es clara la tendencia a sustituir a las personas, aunque habrá quienes argumenten que es al revés y que esto es necesario para poner al ser humano –el consumidor– en el centro del proceso. Es cuestión de enfoques. Cada quien es libre de pensamiento y opinión.
En lo que todos coincidimos es en que, sin seres humanos, no hay espectáculo que pueda continuar. Por ello, como colofón, en esta edición encontrarás un artículo sobre las grandes tendencias que están impactando al sector asegurador. La primera –que ha sido evidente durante la pandemia– es que la salud y la vida son lo más importante.