Revista Pueblos Mágicos
emprendedor
Back to edition Full screen Share
Accessibility Font size
A- A+
Animations
Portada

FOMENTA EQUIPOS DE TRABAJO MÁS LIBRES PRODUCTIVOS Y FELICES

Las organizaciones que fomentan el trabajo en equipo disminuyen el ausentismo hasta un 41%, incrementan las ventas un 20% y aumentan su productividad un 17%.

Por: Karina Gómez Swipe

Continua en la historia

Swipe Desliza a la izquierda para continuar

¿Qué elegirías: perder a tus colaboradores o a tus clientes? Probablemente pienses que ninguna de las dos opciones es una buena alternativa para tu negocio, y estás en lo cierto. Sin embargo, si eres una persona perfeccionista, que todo el tiempo quiere supervisar cada paso en la organización, corres el riesgo de enfrentarte a cualquiera de estas dos situaciones.

La microgestión, también conocida como micromanagement, es un tipo de liderazgo que se caracteriza por vigilar el trabajo de las persona en tu equipo, al punto de prestar atención excesiva a detalles que son irrelevantes. Quizá piensas que nadie puede hacer las cosas mejor que tú, por ello quieres seguir de cerca cada punto, para tomar las mejores decisiones. Pero ¿no crees que dos cabezas piensan mejor que una?


En la actualidad, quienes microgestionan durante el home office solicitan videollamadas o llamadas telefónicas innecesarias, en las que sólo explican cómo hacer todo a su manera. Sin embargo, el daño es mayor, porque invaden la privacidad y, además, en varias ocasiones no proporcionan contexto, apoyo o ayuda, lo que obstaculiza el trabajo y el desempeño de sus colaboradores.

Si eres fan de microgestionar, puedes generar varias situaciones nada saludables en tu organización. Destacan las siguientes:

  • Quienes laboran contigo pueden acostumbrarse a realizar sus tareas sólo cuando se los indicas, así que es posible que terminen por no hacer nada, hasta que no se los pidas. Esto implica que su productividad disminuya y terminan por abandonar su puesto de trabajo.
  • Si sólo te enfocas en los errores y las debilidades de los demás, propicias la disminución de su confianza, su capacidad de autogestión, su proactividad y su creatividad e innovación para proponer mejoras en los productos o servicios.
  • Es probable que seas una persona talentosa y experta en tu área, pero si sólo te encargas de supervisar todo, para tener el control, disminuyes tu capacidad de aprendizaje y de desarrollo profesional.

  • Propicias un ambiente laboral insano, en el que tus colaboradores se sienten frustrados y estancados, lo que inhibe su capacidad de resiliencia.
  • Repercutes en el desempeño de la organización, lo cual es percibido por los clientes, quienes demuestran insatisfacción con los productos y/o servicios que les proporcionas, por lo que prefieren terminar contratos o evitar su renovación.
  • El micromanagement propicia el desgaste emocional de tus colaboradores, e incluso el tuyo, porque la falta de confianza promueve el bajo rendimiento, lo que provoca que haya regaños o discusiones. Esto lleva a las personas involucradas a mostrarse hostiles, disminuir su motivación hasta un 70% y ser indiferentes ante los objetivos y metas de la organización.

Me cuesta mucho delegar, ¿qué hago?

Liderar un equipo es una responsabilidad enorme, porque sabemos que hacerlo de la mejor manera nos permite lograr los objetivos planteados, cumplir retos y hasta superar metas.

Es comprensible que pienses que tener el control de todo puede evitar errores y, por el contrario, permitir un mejor desempeño de toda la organización.


La microgestión puede ser una manifestación de la desconfianza personal trasladada al ámbito profesional. Por eso sientes que es difícil creer en tus colaboradores y tener la seguridad de que hacen su mejor esfuerzo, con el mayor nivel de compromiso posible.

Sin embargo, para no afectar a tu organización, es importante que practiques la confianza y seas flexible, para que permitas que las otras personas tomen decisiones, sean autónomas, se atrevan a ser innovadoras y propositivas, aprendan a ser resilientes, responsables de sus actividades y comprometidas con el desempeño de la organización.


¿Por dónde comienzo para mejorar mi liderazgo?

El liderazgo sano consiste en trabajar en conjunto para compartir la responsabilidad. Toma en cuenta que si fomentas la colaboración de las personas con las que trabajas:

De este modo demuestras que confías en tu equipo y no necesitas vigilarlo, porque cada uno sabe qué es lo que tiene que hacer. Asimismo, cuenta con la información necesaria para realizar sus labores y, sobre todo, se compromete con el buen funcionamiento de la organización.


Para lograr esto debes saber comunicar los objetivos y las tareas del equipo de manera asertiva. Existen empresas especializadas en recursos humanos como LIVE 13.5°, consultora en Felicidad Organizacional, que cuentan con un modelo de experiencia al colaborador.

Esta firma realiza intervenciones para identificar y motivar el talento dentro de tu empresa. Asimismo, facilita las herramientas necesarias para que exista un equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero que contribuya a tener un equipo feliz, positivo, resiliente y saludable.

Otra opción son las plataformas como Coursera, una proveedora estadounidense de cursos en línea, que ofrece clases especializadas para líderes nuevos o experimentados. La finalidad es que aprendan a motivar su desarrollo profesional y el de su equipo, así como a inspirarlo y guiarlo para gestionar cambios e impactar de una forma eficaz dentro de una organización.


Cambiar la manera en la lideras es un desafío, pero a la larga vale el esfuerzo, porque estarás motivando un trabajo creativo, responsable y comprometido. Es posible que durante el camino haya errores o desaciertos, pero eso es parte del crecimiento profesional, las personas aprendemos mejor de esa manera.

El punto es encontrar el funcionamiento óptimo para el desempeño de tu equipo. Deja de lado el “hazlo a mi manera” y comienza a preguntar: “¿Cómo lo hacemos mejor?”.

Compartir