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INTELIGENCIA EMOCIONAL, EL ARMA SECRETA PARA EL ÉXITO EN LA INCERTIDUMBRE

La torpeza emocional es la verdadera razón de las falsas economías, los falsos liderazgos, y los insostenibles éxitos latinoamericanos.

Por: Maru Barrios Swipe

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Joaquín era el brillante director a cargo de un talentoso equipo mexicano de ventas de una exitosa empresa trasnacional de tecnología. Retaba a su equipo a lograr metas desafiantes y a la vez tenía el don de la inspiración. Él mismo era un máquina vendiendo y su credibilidad estaba por los cielos. Su equipo y él eran una locomotora que iban a toda marcha hasta febrero del 2020 que llegó la pandemia.

Se acabaron las salidas con clientes, los jueves de cerveza con el equipo, luego se acabó el “extra mile” de los vendedores top, después cayó la motivación básica de todo el equipo, cayeron las ventas, vinieron los recortes y por último llegó el trastorno de ansiedad de Joaquín, que hasta la fecha no logra canalizar y que está afectando considerablemente a su familia.


¿La centellante carrera de 18 años de Joaquín se consumió en 12 meses? Peor aún ¿también se llevó entre las patas la pandemia la salud y el equilibrio familiar de Joaquín? Si es así, al menos que su propósito de vida haya sido consumirse la vela profesional y personal lo más rápido posible, algo estuvo mal.

Pero ¿qué pudo haber estado mal? ¿Qué no Joaquín, como todos nosotros, fue una simple víctima de una méndiga pandemia?

Efectivamente, la pandemia llegó inesperadamente y está fuera del control de todos. Fuera del control de los emporios de tecnologías y de los “Joaquines” del planeta. Sin embargo, lo que sí está dentro del control de todos es nuestra habilidad para lidiar con lo desconocido o, en otras palabras, nuestra habilidad para lidiar con nuestras propias emociones.

 


La verdadera causa de los ataques de ansiedad de Joaquín no tienen que ver con la pandemia, ni con que su equipo “se deshizo”, ni con su despido ni con el caos que hoy reina en su casa. Su crisis tiene que ver con que, a pesar de ser racionalmente inteligente, Joaquín es emocionalmente torpe.

Y no necesita ocurrir una pandemia para entender por qué la salud, la plenitud personal y profesional viene, principalmente de la inteligencia emocional. De hecho, el Foro Económico Mundial, la Organización Mundial de la Salud, Harvard Business Review, Daniel Goleman y cientos de académicos más lo vienen anunciando desde 1980. Han subrayado y recalcado que la habilidad de canalizar las emociones es vital.

Desafortunadamente a muchos directores y empresarios se les hizo fácil pensar que la inteligencia emocional sería una moda pasajera o una lectura dominguera. Pero quiénes escucharon y, sobre todo, quiénes desarrollaron sus habilidades emocionales, son los líderes que hoy navegan la pandemia, y sus estragos, con resiliencia, con paz interior, con adaptabilidad, amabilidad y prosperidad.


Un gran ejemplo de esto es, el sonado artículo Liderazgo Nivel Cinco publicado en el 2011 por Harvard Business Review que explica que la humildad y la autoconciencia (habilidades críticas de la inteligencia emocional) fueron el común denominador de los líderes de las 11 empresas más exitosas del Fortune 500 que por más de 15 años triplicaron el sctock return.

La autoconsciencia a la que se refiere este artículo es a la habilidad de darte cuenta de tus acciones, decisiones, pensamientos y emociones. La humildad por otro lado, tiene que saber escuchar y tener apertura y apreciación por la retroalimentación.


Mientras más auto-consciente y más humilde eres, más adaptable te vuelves y por lo tanto más capaz de lidiar con la incertidumbre. Lo contrario de esto es la resistencia al cambio, es la obsesión por el control, es la necesidad de demostrarle a los demás que se es el mejor o es la sed de ganar a costa de lo que sea.

Desafortunadamente fue esto lo que Joaquín estuvo cultivando en sus “exitosos” 18 años de carrera. Se dedicó a vivir para el exterior y a olvidar el interior. Y eso, aunque trae atractivos frutos a corto plazo, es difícilmente sostenible en el tiempo.

 

La cruda realidad que hoy enfrenta Joaquín no está causada por la pandemia, si no por su prolongada ausencia de auto-conciencia y humildad. Peor aún, por los múltiples jefes que durante casi 20 años, no sólo no notaron la falta de inteligencia emocional de Joaquín si no, incluso, premiaron los logros exuberantes pero no sostenibles. El eterno cuento latinoamericano de “pan para hoy y hambre para mañana”.



¿Qué se puede hacer? ¿Qué pueden hacer los líderes que sí quieren escuchar y auto-observarse? Se puede hacer mucho. Te sugiero empezar por estos siguientes cuatro pasos:

Indiscutiblemente, la auto-observación es el primer paso en detectar cuáles son tus fortalezas, tus sesgos y tus miedos más importantes. Te sugiero recurrir a un profesional, como coaches o terapeutas certificados que te ayuden a verte a ti mismo, ya que el ejercicio, sobre todo al inicio, no es fácil. Es mucho más sencillo ver a los demás porque literalmente los tienes frente a ti. Pero tú no puedes verte al menos que tengas un espejo y esa es la función que hará un facilitador preparado.

 


Las típicas acciones de este paso son aceptar tus errores, confrontar tus miedos, enmendar si hiciste daño, perdonar si te hicieron daño, acompañarte a ti y a otros con compasión en lo que creces y sanas, y desarrollar las habilidades emocionales que requieres. Algo que también te puede ayudar considerablemente es hacer las famosas “power mornings”. Descubre más detalles en mis redes.

 

Si antes los invitabas a las chelas, ahora invita a tu familia, a tus amigos y a tu equipo de trabajo a tener sesiones semanales de “check up” personal en las que puedan compartir ¿Cómo están?, ¿cómo se sienten? ¿Qué necesitan?


Uno de mis clientes, por ejemplo, me contrató para transformar su sistema de accountability de ventas en un programa virtual de desarrollo humano con sus vendedores de seguros de vida más exitosos. En este programa compartimos vía telefónica cápsulas diarias de inteligencia emocional, hacemos sesiones semanales de coaching en grupos, y tenemos grupos de WhatsApp de acompañamiento. Además de reportar su productividad diaria, los asesores reportan su salud emocional y psicológica. En dos meses, las productividad y la motivación han repuntado significativamente.


Por cierto, Joaquín inició hace un par de semanas un proceso de coaching. Estamos trabajando cómo aprender a conectarse con él mismo para dejar ir su necesidad de demostrar. Joaquín, como muchos hombres y mujeres la generación X, tenía el entendido de que la felicidad consistía en el logro del status quo; en tener y demostrar.

Si bien él no estaba de todo consciente de los sesgos culturales en los que estaba inmerso en el pasado, lo más importante es que hoy sí puede escoger cómo construirse aquí en el presente y para el futuro. La torpeza emocional de Joaquín no tiene que ver con su trastorno de ansiedad si no con la incapacidad de sentir y expresar la simple frase:

Por Joaquín y por todos los que se atreven a desafiar el status quo con autoconciencia y humildad.

*Maru Barrios es Maestra en Desarrollo Humano, Candidato a Doctorado en Liderazgo, Coach Ejecutivo y Facilitadora de Desarrollo Humano.

Síguela en Facebook en: @ddrmaru

 

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