Revista Pueblos Mágicos
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Bodas de destino

Lujo desenfadado para bodas memorables

Este hotel, en la Riviera Maya, es la muestra más clara de que la clase y la comodidad sí van de la mano. El lujoso Andaz Mayakoba no pretende: crea experiencias memorables.

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De los hoteles (todos divinos) que aloja Mayakoba, sin duda el Andaz es el que ofrece un lujo más desenfadado. Tiene apenas 5 años y está más joven que nunca, siempre renovándose. Así que si están buscando un lugar para dar el sí o simplemente, un viaje de enamorados, resultará una gran opción.

Al llegar, quedarán encantados con el lobby, al que ellos llaman el santuario. Tiene, al centro, una especie de pileta de los deseos donde los huéspedes, como parte del ritual de bienvenida, tiran monedas al aire mientras piden un deseo.

Las habitaciones son especialmente amplias. Algunas miran a los manglares y otras, al mar. Todas magníficas. Incluso, ofrecen albercas o jacuzzi privado en el balcón. Un festín de intimidad que hasta lo más famosos aprecian.

El arte mexicano está dispuesto por cada cuarto de manera exquisita. Y es que el talento local bien merece ser presumido.

Aquí se anda en bici (los que prefieran un carrito de golf, pueden pedirlo) y se respira aire puro.


Algunas suites son tan grandes, que resultan el escenario perfecto para bodas íntimas, de pocas personas. O también, para un brindis previo con los más allegados. Algunas novias la convierten en su ¨campamento¨ para prepararse junto con sus damas de honor antes de dar el sí.


Comer en el Andaz es una experiencia sublime. De hecho, algunos de sus restaurantes son muy solicitados por sibaritas que visitan la región y por los locales que aman las delicias gastronómicas creadas por el Chef Ejecutivo Miguel Gómez y su equipo. 

No se pueden perder una cena con los pies en la arena y con creaciones a la parrilla en Sotavento. Y mucho menos una cena en Casa Amate, debes estar listos para que sus sentidos experimenten como nunca antes. Por cierto, no se sorprendan si encuentran algún sabor de antaño: el chef tiene ese don, mientras recorre la gastronomía del continente con sus manjares. 

Un desayuno a bordo, mientras recorren los canales, es una experiencia que no se deben perder. Conocerán, de paso, la fauna del lugar y quedarán maravillados con la transparencia de sus aguas, provenientes de cenotes.

Y la hamburguesa, junto a los aguachiles, de Tinta de Pulpo, serán el bocado perfecto para el mediodía. ¡Una delicia!

 

 


Andaz es también un espacio para la mente y la relajación. Una clase de meditación (imperdible) y un masaje en pareja donde las cabinas tienen vista al manglar. Podrán preparar el aceite de su masaje y con un poco de suerte, llevarse un poco a casa.


Las bodas en Andaz también cobran un sentido único. Y es que pueden ser justo como deseas: tan personalizada como sea posible. Cuentan con los mejores proveedores de la región (nos consta) y una infinidad de escenarios que podrás seleccionar los que más te gusten para tu gran día.

Además, en Mayakoba hay una capilla que comparten todos los hoteles y que está ubicada en El Pueblito. ¡Todo a la mano sin ir lejos!

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