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Lunas de Miel

San Miguel de Allende, la joya de Guanajuato

Esta fantástica ciudad está de moda y las razones, ¡sobran! ¿Qué la hace tan especial? Hacemos un recorrido por algunos de sus encantos.

Continua en la historia

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Todos quieren ir a San Miguel de Allende. Es como si esta ciudad tuviera un imán que atrae a propios y extraños. La verdad es que no hay misterio alguno, simplemente, mucho encanto. Sus calles atesoran historia y, en cada rincón, hay un secreto que grita a voces para ser descubierto.

Este tesoro guanajuatense es Patrimonio de la Humanidad. Sus calles y monumentos, además de la impecable preservación de sus inmuebles, son inigualables.


El punto focal de San Miguel de Allende es La Parroquia de San Miguel Arcángel. ¿Quién no desea tener una foto con ella como testigo?

Luego de varias reconstrucciones, la imagen que hoy vemos de esta edificación es obra del cantero Zeferino Gutiérrez. Tras 10 años de arduo trabajo, el artista terminó su pieza de cantera rosa en 1890.

La parroquia será un buen punto de encuentro y también, de partida para explorar los lugares más céntricos de la ciudad. Y es que San Miguel se recorre y se disfruta a pie.


Algunos tesoros del centro de la ciudad

En San Miguel se come sabroso. Da como para reservar comida y cena en diferentes lugares cada día y todos, a la altura de los sibaritas más exigentes.

A nosotros, Selina Rooftop (Cuna de Allende 11, Zona Centro, SMA) nos dejó sin aliento. A su vista de 10, se suma el talento del reconocido y carismático chef Abel Hernández (Eloise Chic Cuisine y Loretta Chic Bistrot).

Con ingredientes locales, Selina Rooftop deleita con platillos como sus ya famosas hamburguesas, la coliflor rostizada, el pulpo y el guacamole con chicharrón. Dejen espacio para el postre…


Otro de los restaurantes muy reconocidos en San Miguel de Allende son:

Kab’an Cocina de Origen (Calle del Dr Ignacio Hernández Macias 43 B). Platillos de autoría y que evolucionan con cada estación del año.

The Restaurant (Diez de Sollano y Dávalos 16).  Hagan reservación, el lugar es tan exitoso que suele estar lleno. Cocina contemporánea y muy buen ambiente.

Pork Belly (Calle Sterling Dickinson 10). Una delicia, de lo mejor en San Miguel. La carne de puerco, en todas sus formas, es una garantía.

Panio (Relox Num. 12, en la Dôce 18 Concept House SMA, un lugar que también vale la pena conocer). Sin duda, los mejores panes de toda la zona.


Los enamorados que llegan a San Miguel buscan actividades únicas.

Una de ellas es tomar un taller de artesanía, específicamente, de mojigangas. ¿Te imaginas hacer una pieza de estas -claro, en pequeño, y llevarla a casa?

Esto es posible con Hermés Arroyo, uno de los creadores más famosos de la zona. Si crees que no eres muy diestra para las manualidades, eso no será un impedimento. Es simplemente cosa de atreverse y pasarla bien.

También, reserven un espacio en Mixología HQM, donde podrán crear sus propios cocteles para la boda y aprender del tema para luego replicarlo en casa. La entrada es ¨casi¨ secreta y eso le aporta mucho encanto, además de privacidad. Al tiempo que crean y toman sus bebidas, serán sorprendidos con ricos bocadillos creados en casa.

Y los más intrépidos, no se pueden ir de San Miguel sin volar en globo. Sólo deben estar dispuestos a madrugar para despegar al amanecer. La experiencia es inolvidable.

Si quieren encontrar artesanías o obras de arte, regálenle una tarde a la Fábrica La Aurora, un espacio que reúne creaciones de talentosos artistas.


La oferta hotelera en San Miguel de Allende es muy amplia.

Hay desde hoteles pequeños, alojados en antiguas casas repletas de historia. ¿Ejemplos? La Morada, a unos pasos de la Parroquia y con todo el confort que viajeros expertos necesitan para sus horas de descanso. Por su parte, Dos Casas, presume de habitaciones con terraza y mucha amplitud.

Por otro lado están los hoteles reconocidos de grandes cadenas como el Rosewood, con un servicio de primera y espacios de ensueño para hacer bodas. También, uno de más reciente apertura, el Live Aqua Urban Resort cuya propuesta moderna atrae a las parejas jóvenes.

 


San Miguel de Allende tiene viñedos que vale la pena visitar. Uno de ellos es San Lucas, cuyo hotel de 14 habitaciones es un antojo tipo boutique que bien merecemos. Sus restaurantes, de cocina mediterránea, se encargan del maridaje perfecto para sus exquisitos vinos.

Algo que no se pueden perder son las catas. ¡Van a enamorarse de la cava! Además, estas incluyen visita a la vinícola, talleres de lavanda y probar el exquisito aceite de olivo de la casa con quesos selectos.

Este viñedo también tiene un spa, así que cierren el día de la mejor manera con uno de sus masajes.

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Y aunque Cuna de Tierra no está en San Miguel, sí queda muy cerca. Así que vale la pena dedicarle un rato. Este es reconocido no solamente por sus excelentes caldos, sino por la belleza arquitectónica de las instalaciones.

Vale la pena que reserven para comer y recorrer el viñedo. Con medio día será suficiente. Lleven sombrero y bloqueador solar. ¡Las fotos quedarán de locura!

 


Aunque no lo creas, San Miguel tiene espacios con aguas termales. ¿Lo sabías? Hay espacios para todos los gustos y podrás programar tu visita tan privada o tan grupal como desees. Están en la zona de Atotonilco, muy cerca de la ciudad.

Foto: Escondido Place


San Miguel de Allende es una ciudad que siempre sorprende. En cada visita encontramos novedades y eso, nos mantiene ávidos de ella.

¡Es un buen plan! Y no solamente para bodas: también para escapadas románticas y despedidas de soltera. Empaca zapatos cómodos y lleva buena actitud para sacarle provecho. Lo demás, está garantizado.

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